sábado, 21 de febrero de 2009

Calentando motores

Hoy ha venido desde España y sin retrasos ni leches, nuestro amigo Pele. Ha eso de las 21:30 estábamos en el aeropuerto LAX, dando vueltas como tontos. Nosotros pensábamos recogerle sin aparcar pero como por aquí eso de parar por 2 minutos lo llevan a rajatabla porque tienen de esos amables policías que muy seriamente te dicen que muevas tu coche, YA. En una de esas vueltas, coincidimos y de camino a casa le fuimos poniendo al día de nuestras peripecias.

Antes de ir a recogerle, por la mañana estuve en la alfombra, roja, viendo un poco como se iba preparando todo para la gran noche. Tomé algunas fotos, y grabé un poco con la cámara de video. La estampa es un poco cutre porque todavía está todo tapado con plásticos, repintando algunos Oscar que están a lo largo de la alfombra roja, vamos que falta el glamour que evidentemente llegará en un poco más de un día. También se pueden ver sobre esta alfombra numerosos medios de todas las partes del mundo, grabando falsos directos, entradillas, haciendo directos con sus respectivos países... de hecho me crucé con los de informativos de Telecinco, y se acababan de ir los de Antena 3, Cuatro y TVE.

Tuve que regresar más o menos pronto porque a eso de las 17:30, teníamos la rueda de prensa que iba dar Penélope Cruz previa a los Oscar en el hotel Mondrian, que está más o menos cerca de nuestro hostal. Un poco nerviosos, para que engañarnos, fuimos hacia allí. Decidimos aparcar en una de las calles que hay detrás del hotel, donde sólo se puede aparcar hasta las 19, a partir de entonces es sólo para residentes.

A las 17:00 estábamos ya sentaditos, junto a los demás medios de prensa españoles y latinoamericanos. A eso de las 18:00 entró Penélope, se le veía bastante cansada y nerviosilla. Nos atendió a todos fenomenal, contestó todas las preguntas y como el evento estaba organizado por Moët Chandon, pues imaginad... Cuando acabó Penélope de hablar, nos llevaron a una terraza del hotel, conocida como Skybar, con unas vistas increíbles, con mesitas, y champán por doquier. Sin darnos cuenta, eran ya las 19 y nuestro coche peligraba, fuimos a cambiarlo de sitio y decidimos meterlo en el hotel. Regresamos a la fiesta y a eso de las 20 teníamos que salir de allí para poder ir a buscar a Pele. Bueno pues la gracia de dejar el coche de 19 a 20, nos costó 20 dólares. Pero bueno, creo que la cosa se compensó.

No hay comentarios:

Publicar un comentario