Teóricamente deberíamos haber cogido el avión que nos llevaría desde Madrid a Los Ángeles, a las 12:40 de la mañana, pero digo teóricamente porque la realidad fue un tanto distinta...unas 7 horas más tarde de lo esperado, tomamos nuestro ansiado vuelo a la ciudad del cine. Con semejante retraso, perdimos la conexión en Filadelfia y tuvimos que pasar la noche allí. A la mañana siguiente, cogimos un vuelo que era supuestamente directo o eso creíamos, que nos llevaría de Filadelfia a Los Ángeles. Al parecer éramos los únicos pringadetes que no sabíamos que era “el casetero” de los aviones y que previamente iba a parar en Chicago y Phoenix, así que tras dos vuelos extra, aterrizamos en Los Ángeles. La pena fue que no teníamos la tarjeta de puntos de US Airways.
Después del palizón de viaje, fuimos a recoger el coche de alquiler. José Ángel se había encargado de hacer la reserva, que era la más económica. Después de incluir el seguro, el segundo pasajero y todo, el presupuesto se duplicó así que nuestras caras también se transformaron a un color folio. Como no había opción, aceptamos, pero como le debimos dar pena al tío al estar todavía en shock, nos dejó coger un coche de gama superior. Así que nada más entrar al garaje, José Ángel que estaba con dolor de cabeza, se giró y me dijo.... ¡un mustang tío, un mustang!, así que vamos por las calles de L.A. con un mustang rojo de la leche.
Vivimos en un hostal en Sunset Boulevard, justo en frente de una de las mejores y más grandes tienda de guitarras del mundo. Como gracia, a la entrada tienes las manos de un montón de músicos conocidos. Más de uno de vosotros, se pegaría toda la tarde en esta tienda.
Os dejo un link del hostal para que lo situéis un poco:
http://maps.google.com/maps?q=7370%20w.%20Sunset%20boulevard%2090046
Después del palizón de viaje, fuimos a recoger el coche de alquiler. José Ángel se había encargado de hacer la reserva, que era la más económica. Después de incluir el seguro, el segundo pasajero y todo, el presupuesto se duplicó así que nuestras caras también se transformaron a un color folio. Como no había opción, aceptamos, pero como le debimos dar pena al tío al estar todavía en shock, nos dejó coger un coche de gama superior. Así que nada más entrar al garaje, José Ángel que estaba con dolor de cabeza, se giró y me dijo.... ¡un mustang tío, un mustang!, así que vamos por las calles de L.A. con un mustang rojo de la leche.
Vivimos en un hostal en Sunset Boulevard, justo en frente de una de las mejores y más grandes tienda de guitarras del mundo. Como gracia, a la entrada tienes las manos de un montón de músicos conocidos. Más de uno de vosotros, se pegaría toda la tarde en esta tienda.
Os dejo un link del hostal para que lo situéis un poco:
http://maps.google.com/maps?q=7370%20w.%20Sunset%20boulevard%2090046
No hay comentarios:
Publicar un comentario